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- Reseña: Steelheart
miércoles, 24 de septiembre de 2014
Steelheart
Brandon Sanderson
Ediciones B
416 páginas
La novela empieza cual película de acción americana, pero, con ciertas e importantes sorpresas. Aquí los que tienen superpoderes no son precisamente héroes caritativos y eso es lo que precisamente hace esta historia especial y diferente.
“El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente” (pág 25)
Nos habla de una sociedad futura (muy destartalada y corrupta) en la que los Épicos (humanos que han desarrollado poderes) se pelean por ser los amos absolutos de todo.
“Convivimos con ellos. Tratamos de vivir a pesar de ellos” (pág 25)
Este primer libro en concreto se centra en el épico que se ha apoderado de Chicago Nova :“Steelheart”. Nuestro protagonista, David, quiere vengarse de él por motivos muy personales, cree saber cuál es su talón de Aquiles y está dispuesto acabar con él cueste lo que cueste. Para ello necesitará la ayuda de los Reckoners, el último pequeño grupo de humanos que intenta revelarse contra el dominio de los épicos.
“Decirte que pares sería como si el fuego le dijera al horno que se enfríe” (pág 160)
Si no os gustan las películas de acción (con toques de ciencia ficción) este libro no es para vosotros, ya que consigue de forma magistral que te sientas dentro de una película de tiros con todos sus clichés, pero con sorpresas que solo podrían ocurrírsele al señor Sanderson. Escenas de acción una detrás de otra, aparatos tecnológicos geniales, ese humor sarcástico que impregna el cine de acción, la chica guapa, el chico valiente, el malo malísimo…Pero de verdad que, si os gustan este tipo de historias, merece mucho la pena.
“ ¿Para cuanta improvisación tuya tengo que prepararme hoy?”(pág 168)
El final es bastante cerrado aunque deja muy claro por donde irán los tiros en su segunda parte. Y es aquí donde me he equivocado, no debería haberla leído tan pronto puesto que la segunda parte no se ha publicado aun en español y yo ya tengo ganas de saber qué pasa a continuación. En fin ,con ese pesar, me despido recordando una frase del libro que me encantó: cuando no vienen…
“A veces hay que ayudar a los héroes”
(pág 210)