miércoles, 19 de marzo de 2014
La petición de un informe a cargo
del excelentísimo alcalde de Vilaclara es el pistoletazo de salida que pone en
marcha el engranaje del turno de noche del cuerpo de policía de esta villa de
L’Emporda: un seguimiento nocturno lleno de tareas que, en el transcurso de la
semana, noche tras noche, se entrelazan entre sí, rompiendo la tranquilidad de
la población y poniéndola patas arriba. Todo un retrato de las vicisitudes de
la vida nocturna policial con: persecuciones, anécdotas hilarantes rallando el
surrealismo y unos personajes extremadamente humanos.
Primero es necesario matizar la
categoría de “aventuras” en la que se incluye este libro. Realmente se trata de
aventuras, pero son aventuras reales, que podrían suceder a cualquiera, y por
lo tanto (pese a que sí hay disparos de armas de fuego) no siguen una trama
espectacular como serían las de Hollywood.
Todo sucede en un pueblo,
protagonizado por unos agentes de la ley dignos de llevar por nombre “Mortadelo
y Filemón”, donde la intimidad entre personajes principales y secundarios
transmite aún más sensación de cercanía entre novela y lector, elemento
bastante destacable del libro. Pero lo más destacable del libro en general es,
sin lugar a dudas, el humor, la risa y el sarcasmo constantes en el tono
general. Situaciones reales absolutamente ridículas, que puede que, a medida
que avanzamos, no percibamos como tan extravagantes dada la inmersión en la
historia, pero nos daremos cuenta de ellas en breve por el aporte de un nuevo
punto de vista.
Es necesario decir que cada uno
de los capítulos está basado en hechos reales, demostrando una vez más que LA
REALIDAD SIEMPRE SUPERA LA FICCIÓN. Finalmente, cabe destacar la fluidez de la
lectura y volver a hacer hincapié en las más que garantizadas carcajadas.
